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CHILE SE ORGANIZA: LAS ASAMBLEAS CONSTITUCIONALES Y LO QUE SIGUE

ENTREVISTA A JAVIER SANDOVAL

El 25 de octubre de 2020, el pueblo de Chile votó “sí” en el referéndum que planteó a les votantes dos preguntas: ¿debería Chile convocar una convención constitucional para redactar una nueva constitución? En caso afirmativo, ¿quién debería redactar esa nueva constitución: una asamblea compuesta por la mitad de representantes del Congreso y la mitad de ciudadanos, o una asamblea compuesta por ciudadanos solamente? 

Después de un año de lucha en las calles, esta votación fue un momento muy definitorio en la trayectoria y un ejemplo clave para otros países latinoamericanos que luchan por un objetivo similar. ¿Cómo se logró el sí y qué significa para lo que viene? Para la tercera conversación como parte de nuestra serie, Resistencias más allá de las fronteras, hablamos con Javier Sandoval, un experimentado organizador en movimientos estudiantiles, educación política, luchas ambientales y de vivienda, así como habitante y consejero regional para la región del Biobío de Concepción en Chile. Lo que él llama, “ese hermoso río caudaloso, llamado Biobío”.

TRAYECTORIA  

Una lucha provocada por estudiantes de secundaria que pedían la evasión de tarifas del transporte público se intensificó el 18 de octubre de 2019.

“[Los levantamientos] abrieron un escenario totalmente nuevo de lucha constituyente, de transformación estructural de los pilares del modelo de ‘democracia’ de inspiración dictatorial que tenemos en este país”, dice Javier. “Y esa es la forma de control”.

Está en una llamada de zoom con nosotres desde un ayuno para llamar la atención sobre los cientos de presos políticos que fueron capturades durante las revueltas. Esta iniciativa consiste en ayunos nacionales de 24 horas donde las organizaciones rotan cada 24 horas. Hoy fue el turno de Javier de hacer el ayuno como parte de su asamblea en el barrio de Pedro del Río. “Protestar no es un delito, y esta acción lo enfatiza”.

Javier en llamada de zoom con Mijente mientras estaba en ayuno para presos políticos.

Javier comparte que el escenario chileno actual es el resultado de la acumulación de desigualdades, injusticias y abusos desde que se instauró este modelo neoliberal, convenientemente después del golpe de Pinochet. Chile es históricamente la rata de laboratorio del neoliberalismo de Estados Unidos, y lo que estamos viendo es la profunda disfunción y violencia de ese modelo.

Entonces, lo que comenzó como una protesta contra el alza de 30 pesos en la tarifa del metro, se convirtió en el lema “No son 30 pesos, son 30 años”, refiriéndose también a la constitución de la época de Pinochet que se redactó en 1980 y que aún permanece.

“Durante todo ese período de frustraciones, traiciones, abandono y consolidación neoliberal, diferentes movimientos sociales en diferentes momentos, lograron levantar experiencias de resistencia”, dice Javier.

EL CAMINO HACIA UNA NUEVA CONSTITUCIÓN

Cómo Canela y Gahela, Javier también siente que las revueltas han sido un maravilloso renacimiento y, al mismo tiempo, han tenido un costo tremendo.

“Ha sido un trastorno cultural, psicológico, afectivo, epidérmico de nuestra sociedad”, nos dice Javier. “Los tejidos sociales, destruidos por este modelo [neoliberal] y por la represión, están comenzando a reconstruirse lentamente”.

Javier dice que después de un año de intensa movilización el tejido social se va sanando a través de la solidaridad para sobrevivir durante la pandemia y también para enfrentar políticas ineficaces y mal diseñadas. “Políticas mal pensadas, mal intencionadas”, dice, “del gobierno de turno para manejar la crisis de salud que estamos viviendo”.

Nos cuenta que simplemente, en algún momento una gota de agua desbordó el vaso y con ella vino el levantamiento. Los costos han sido muchos, entre mutilaciones, torturas, montaje, detenciones ilegales, abusos, humillaciones, violaciones, así como decenas de vecinos, jóvenes que perdieron la vista por completo como Gustavo Gatica y Fabiola Campillai.

“Son situaciones muy crueles porque no hay avances sustantivos en las investigaciones. Estas instituciones simplemente gozan de impunidad”, nos dice Javier.

Según Javier, todo esto es lo que generó el llamado a una convención constitucional para reescribir la Constitución chilena, la Carta Magna. Dice que el gobierno y las élites políticas han tratado de hacer todo lo posible para “salvar el pellejo, asegurar su privilegio, obstaculizar el avance de la propuesta de este cambio estructural y debilitar la ola que se produjo”.

Hay muchas perspectivas de diferentes organizaciones. Javier comparte que hay parte del movimiento social que quiere participar en la creación de esta nueva constitución, en la lucha desde dentro y también desde fuera en la calle. También hay una parte que no está interesada en participar y que solo opta por fortalecer la organización y movilización en las calles sin entrar en este proceso de reconstrucción constitucional. Y también hay organizaciones que quieren participar, pero fuera de los partidos políticos.

ASAMBLEAS CONSTITUYENTES

“Hasta ahora, debido a que el plebiscito es tan reciente, la discusión giraba principalmente en torno a participar o no”, dice Javier sobre la creación de asambleas nacionales que juntas redactarían una nueva constitución en función de la votación final del próximo año.

Explica que hay una serie de espacios reservados en lo que equivaldría a esta asamblea constitucional que son específicamente para las comunidades de los pueblos originarios. Actualmente existen otros sectores de la población que también están reclamando su propia participación y espacios reservados, como las conversaciones en torno a la discapacidad y la paridad de género.

Según Javier, la elección de les constituyentes y el inicio formal del proceso será el 11 de abril. “Entonces lo que buscamos generar antes son las posiciones, la deliberación, saber qué hacer y ver las posibilidades de pactar entre nosotros mismos”, dice.

En todas las organizaciones y a nivel nacional, hay muchas discusiones que se están llevando a cabo en grupos temáticos y organizaciones territoriales en torno a cómo podría ser esta nueva constitución. “La Constitución [nueva] no resuelve todo lo que hay que resolver, porque todo hay que transformar, a partir de ahí”, dice Javier.

Sin embargo, también están las leyes y reglamentos que siempre han estado ahí como obstáculos para que la gente nunca llegue a la discusión constitucional. “Pero ahora vamos de arriba, de esa discusión y de abajo, de organizaciones que buscan unir y articular demandas, articular problemas, articular propuestas”, nos dice. “Hay muchas propuestas en los movimientos sociales chilenos. Han sido décadas de aprendizaje, de lucha, que en última instancia demuestran que se ha superado la etapa de crítica asertiva de los pilares del modelo”.

“Y me atrevo a agregar, en mi caso, digamos, como condimento de toda esta reflexión colectiva y también de enfrentamiento a las autoridades, que una cosa que llama la atención, que siempre me ha disturbado al menos”, dice Javier, “es que las luchas a menudo se centran en las demandas nacionales y rara vez se dirigen a los poderes locales a nivel regional”.

Javier dice que ve este momento como una gran oportunidad, y que el tema es que la gente esté de acuerdo para enfrentarlo juntos y con la fuerza del movimiento popular. “Este proceso está dinamizando la posibilidad de dar una respuesta sistémica a todo esto. Entonces seguimos siendo optimistas y estamos luchando, trabajando, hablando, discutiendo, organizándonos para que podamos enfrentar, con mucha más fuerza, con mucha mas unidad, a quienes defienden el modelo actual en el gobierno y fuera del gobierno”, dijo.

INTERSECCIONALIDAD

“Los jóvenes se han incorporado de forma sorprendente a este debate de la discusión territorial. Ya no son sólo organizaciones vecinales con personas mayores”, dice Javier. “Y también hay una actitud muy notoria por parte de las organizaciones vecinales tradicionales para enfrentar juntos las amenazas y problemas del extractivismo. De esta alianza público-privada que se incrusta de forma devastadora en nuestro hábitat, en nuestro ecosistema, en nuestro territorio”.

Javier comparte que siente que muchas de las luchas son territoriales y surgen de ahí como raíz. Nos cuenta que hay asambleas como la suya donde ven que los problemas que les están afectando están relacionados con esta matriz de extracción ambiental. Para Javier y sus comunidades se hace evidente que estos temas están atados con los impuestos y la soberanía regional, la sostenibilidad del agua, el cuidado de los ecosistemas y la vivienda.

Los proyectos forestales extractivistas tienen impactos importantes en muchos territorios en las áreas de Arauco y áreas rurales donde Javier dice que ahora saben que han usurpado tierras, expulsado comunidades enteras, confiscado y privatizado tierras donde la gente no puede vivir. “Han deforestado, destruido los valles, han usurpado y robado territorio mapuche. Y además de todo eso, son productores de catástrofes, producen sequía y esa sequía hoy amenaza a nuestra región, así como otras regiones ya están en sequía”.

Javier comparte que los grupos feministas y las comunidades de género y diversidad sexual también han estado liderando muchas de las luchas. Entiende esta presencia cuir y feminista como continental e internacional, pero con una presencia muy fuerte y local reflejada en todas las luchas, en el liderazgo, en la organización, en la acción directa, en todos los niveles.

“Es muy poderoso y vigoriza enormemente esta actitud de rebeldía, de atrevimiento, de tener el coraje de enfrentar a los enemigos de nuestro pueblo que ya no logran controlar la marea, al fin verdaderamente de nosotros, nosotras, y nosotres”, dice, “y lo que podemos lograr esta vez “.

CONSEJO

“Tengo un cargo público, soy consejero regional. Se supone que debo dar un consejo ”, dice riendo. “Pero más que nada, creo que podemos construir juntos para derrotar a lo que todos enfrentamos que se basa, en última instancia, en el mismo modelo conformista nacionalizado en alianza con los poderes, y la burguesía local”.

Javier comparte que ha estado observando las luchas de los pueblos de Latinoamérica con mucha esperanza. Nos deja un mensaje para la gente que lucha.

“Hay experiencias maravillosas que Latinoamérica está produciendo en todas partes. Todas estas luchas y procesos que se están viviendo en nuestros países están relacionados. Y está la sensación de que volvemos a Latinoamérica, nos volvemos a ver, regresamos a nosotros y tiene sentido, ¿eh?” nos dice.

“Tenemos que luchar juntos. Y tenemos que tener presente la necesidad de generar un proyecto común. Se ha intentado, se han realizado intentos en la última década, pero sigue siendo un desafío. Este sistema irracional finalmente se está derrumbando. Y se está desmoronando incluso en el corazón “.

Javier dice, “también es una regeneración entre las personas y que esto también produce un modelo de lo que llamamos el buen vivir, que nos permite solucionar los problemas materiales de nuestra gente. La gente no puede comer ni curarse solo con palabras, solo con ideas, tienen que generar cambios estructurales viables que marquen un nuevo norte y un desarrollo de la armonía. Satisfacción de nuestros derechos básicos y dignidad básica”.

“Porque en el fondo Chile no ha llegado o no llegó nunca ser ni siquiera una república. Y eso es un poco de la tragedia que ha mostrado nuestro continuo en general. No queremos este sistema, este modelo, este sistema capitalista de intercambio desigual que impera en el mundo. Podemos vivir de otra manera. Juntos, juntas y juntes podemos hacerlo bien”.

[parte de la serie: RESISTENCIAS BEYOND BORDERS de Ebony Bailey y xime izquierdo ugaz]